28 de diciembre de 2012

Resumen de 2012


Como es normal cuando se aproximan estas fechas, he aquí el resumen futbolístico de este año que ya agoniza. La verdad sea dicha, ha sido un año intenso que recordaremos por títulos inolvidables como la flamante Eurocopa conquistada ante Italia en Kiev de forma magistral, la Liga de los 100 puntos del Real Madrid, el récord astronómico de Leo Messi, la marcha de Pep Guardiola, la final española de Bucarest y la Champions del Chelsea Aunque bisiesto, 2012 no pudo empezar con mejor pie. O, mejor dicho, con mejor balón. Leo Messi ganaba su tercer Balón de Oro consecutivo. Sin duda, gran preludio de un año para recordar.

Más de dos clásicos por temporada parece haberse convertido en un ritual sacrosanto. Dispuestos a no romper con tan entrañable tradición, Real Madrid y Barcelona se vieron emparejados allá por febrero en los cuartos de final de una Copa del Rey que acabaría adjudicándose el equipo catalán, siendo éste el colofón a la era de Guardiola. Sería el broche de oro para el técnico de Santpedor que un mes antes comunicaba su inamovible decisión de abandonar el barco. Las pecaminosas derrotas ante el Real Madrid y Chelsea no hicieron justicia. Cerró el círculo ante el mismo rival y en la misma competición: en una final de Copa ante el Athletic, como ya hiciera en aquel ya tan lejano mayo de 2009

La final, disputada el 25 de mayo en el Vicente Calderón, enfrentó a los equipos con más laureles en el torneo del K.O. El Barça le endosó un inapelable 3-0 al Athletic con doblete de Pedro, tras una irregular temporada del canario y, cómo no, de Leo Messi. En Liga, un aplastante Real Madrid conquistó su trigésimo segundo alirón. Los blancos ganarían en el Camp Nou, por 1-2, dejando prácticamente al Barça sin posibilidades de ganar la que hubiera sido, la cuarta Liga consecutiva del Pep Team.


Todo ello sería aderezado días después con la inmerecida eliminación ante el Chelsea de Roberto Di Matteo. Tras la derrota en Londres, en el Camp Nou pudimos ver a un ultradefensivo Chelsea que le entregó la posesión del balón al Barça y colocó el cerrojo en la portería de Petr Cech. El equipo azulgrana consiguió darle la vuelta a la eliminatoria tras dos aguerridos goles de Sergio Busquets y, nuevamente, Andrés Iniesta. No obstante, al borde del descanso, el brasileño Ramires colocó una elegante vaselina mientras Gerard Piqué llegaba al hospital tras un choque fortuito con Víctor Valdés.

Ese resultado era una balsa de aceite para el equipo londinense. Fernando Torres fue un islote en el oasis ofensivo del Chelsea y aprovechó un balón largo para quedarse a solas con Valdés y firmar un 2-2 que  los aupaba directamente a la final de Múnich. En ella le esperaría el ganador de la eliminatoria de infarto que Bayern y Real Madrid disputarían el día después en el Bernabéu. La victoria por 2-1 en la ida para los bávaros dejaba abierta la eliminatoria en Chamartín. Allí, Cristiano Ronaldo marcaría en dos ocasiones y Robben empataría la eliminatoria. El partido se solucionaría a penaltis. Los clamorosos errores en la tanda de CR7, Kaká y, sobre todo, Sergio Ramos, decidían una final inédita hasta entonces: Bayern vs. Chelsea, habiendo dejado en la cuneta a los dos claros favoritos de la competición.

El análisis de la final es algo escueto. Básicamente, fue un partido muy táctico, con un ritmo lento y un Bayern que no hizo justicia a la gran temporada realizada. El dominador del partido fue realmente intermitente y no se apreció un fútbol mucho menos superior al otro. Los goles no llegarían hasta el final, cuando Müller adelantaría a los muniqueses. Drogba, de cabeza, empataría y, de nuevo, el campeón de Europa se sabría tras la tanda de penaltis. En ella, Neuer nos sorprendió con su capacidad goleadora y el marfileño marcaría el gol decisivo. El Chelsea ganaba su primera Orejona.


El protagonismo de los clubes españoles no sólo se tuvo presente en la Champions. En la Europa League, hasta tres equipos autóctonos formaron el cuadro de semifinales, algo que no ocurría desde 2007. En esta ocasión, Valencia, Atlético de Madrid y Athletic demostraron la supremacía de nuestro fútbol. Finalmente, colchoneros y leones llegarían a una apasionante y vistosa final en Bucarest. Dos equipazos y, sobre todo, dos propuestas muy sugerentes de juego vistieron de gala a nuestro fútbol que, sin duda, vive su época de más auge. Los de Simeone le endosaron un sonrrojante 3-0 a un atribulado Athletic que días después perdería por el mismo resultado la final de Copa. El Tigre Falcao fue la estrella de la noche. A los vascos, al igual que en 1977, no se les pudo recompensar su rutilante fútbol desplegado.

Los clubes habían finalizado su papel en la temporada 2011/2012. Llegaba junio y, con la calor estival, la Eurocopa de Polonia y Ucrania abría sus puertas. Con ella, se presentaba una oportunidad irrepetible para proclamarnos como la primera selección en ganar dos entorchados seguidos y firmar un triplete mágico tras la Eurocopa y Mundial anteriores. Se consiguió pero nadie dijo que fuera algo fácil. Tras superar a Italia, Irlanda y Croacia, una jugada preciosista de Iniesta ante los balcánicos, le daría a Navas el gol de la victoria y el pase a cuartos contra Francia. Dicho sea de paso, en estos días nos dejarían Manolo Preciado y Miki Roqué que seguimos teniendo muy presentes.

Como siempre, la polémica generada por la prensa no se hizo esperar. Esta vez, el tema estrella sería el Falso 9, desempeñado a la perfección por Cesc Fàbregas, con dos dianas en el torneo. España arrolla a Francia por 2-0 y, en el horizonte, acecha la no menos peligrosa Portugal de Cristiano Ronaldo. Sería un partido igualado, con pocas ocasiones y jugadas de estrategia. La tensión aumentaba conforme se acercaba la prórroga en la que Sergio Ramos se reencontraría con fantasmas del pasado. En ella, el sevillano se resarció del fatídico penalti ante el Bayern para solventar su lanzamiento a lo Panenka.


Así se llegó a la final, sin duda, el mejor partido disputado por España en la Eurocopa. Enfrente, nada menos que la todopoderosa Italia con un Pirlo en estado de gracia. La tendencia del fútbol de posesión ha calado tan profundo que la Azurra, paradigma de catenaccio, se ha apuntado a la moda. Ver jugar a Italia con jugadas al toque y apostando por un fútbol tan familiar y honesto es algo que se intuía difícil de imaginar. Aún así, la superioridad de La Roja quedó patente. Silva, Jordi Alba, Mata y un rejuvenecido Fernando Torres sentenciaron a Italia en la segunda final de Eurocopa que pierden en su historia. ¡La triple corona se hizo una realidad tangible!

Pasó el verano y, aún recuperándonos de la resaca eurocopera, llegaron las Supercopas. El Atlético de Madrid destrozaría en Mónaco a un desdibujado Chelsea por 4-1. Falcao, nuevamente, fue la fiera indomable. Los rojiblancos lograban el segundo doblete en dos años. Por otra parte, el Real Madrid ganaría al Barcelona en la Supercopa de España en una gran eliminatoria de los blancos, un CR7 en plena forma, los fallos de Valdés, la magia de Messi y el seny de los azulgrana al quedarse en el estadio mientras los jugadores madridistas recogían el merecido trofeo.

Con diciembre, llegó el Mundialito y una nueva derrota del Chelsea. El medallón dorado en el pecho tiene nuevo poseedor. Es el Corinthians brasileño que desplomó a los blues ahora con Benítez, en la final de Yokohama con un solitario gol del peruano Paolo Guerrero. En Liga, 2012 nos dejo con un agradable sabor de boca en el plano deportivo. Abrumadores récords mesiánicos aparte, una irremontable distancia de 16 puntos sitúan al Barça muy cerca de su vigésimo segundo título de Liga. Será esa copa que allá por mayo levantará Tito Vilanova tras superar muy satisfactoriamente esta lucha de la que, todos confiamos, saldrá victorioso. 2012 fue un año intenso, cargado y cafeinado, aunque a la par, hermoso, pese a la ignominiosa situación social que atravesamos. 


¡Hasta el año que viene!

15 de diciembre de 2012

Lírica Pachanguera: Capítulo 21


Tras esta dilatada ausencia en lo que a Lírica se refiere, nos embarcamos en una nueva aventura en la que el fútbol callejero vuelve a ser el gran protagonista de la jornada. Las apacibles estables condiciones meteorológicas habían tenido piedad a lo largo de la semana. Sin embargo, alguna deidad maléfica parece ser la responsable de que la lluvia agüe la fiesta con sus funestos y lúgubres brazos. Pero, dicho sea de paso,  esta vez Messi, perdón, Dios se portó bien pese a la inquietante llovizna previa.

En realidad, tuvieron lugar dos partidos, con los pertinentes cambios de jugadores si así lo requerían las condiciones, el rendimiento y el resultado. En principio, me tocó escoger un equipo formado por Jorge Colmena, Luis Dueñas, Manolo Rueda y Carlos Capi. Asimismo, el equipo adversario lo formarían el susodicho Ángel Romo, Germán Bordoy, Jorge González, David López y un no menos peligroso Fran Díaz.

Hoy no nos obsequió con su presencia Fran Rebollo ni su etílico aliento a láudano. El partido inicialmente se nos colocó muy favorable, con muchas ocasiones, ritmo relajado y un descongestionado juego equilibrado ante la tímida presión rival. Hizo un gran papel Jorge Colmena, quien se las ingenió de maravillas para sacar el balón de nuestra sólida defensa. Su juego entre líneas resultó apabullante y lo intentó de cabeza en repetidas ocasiones tras sendos centros efectuados por mí. Las vertiginosas acometidas de Germán Bordoy fue nuestro principal quebradero de cabeza, puesto que se nos hacía un mundo pararle, ante la descomunal zancada y cambio de ritmo que atesora. Hizo un buen partido y no perdió mucho los nervios. Menos mal...

Jorge González se reconcilió emotivamente con el gol, aunque no fue de las mejores tardes que se le recuerdan, ni en el plano deportivo ni en el psicológico. Como ya me contara al cierre del partido, los fallos que tuvo en el campo le hacían perder los papeles con rapidez, a la par que intentaba jugar de una manera que claramente actuaba en su contra. Afortunadamente, entendió cómo van las cosas en esto del fútbol y se prometió actuar en consecuencia. Estamos seguros de que veremos al mejor Jorge González en breve.

Con la puntualidad inglesa que acostumbra, David López y sus milimétricos pases por alto no cayeron en saco rato, así como los destinatarios de sus pases. Gran partido del crack más apo y mejor esfuerzo realizado. La nota divertida de la tarde la protagonizó Carlos Capi y su zambullida de cabeza en el reconfortante suelo de Los Salesianos. Más bleu que nunca, se vio envuelto en una aparatosa caída en la que afortunadamente no hubo que lamentar daños personales, tan sólo algunos rasguños superficiales.

La figura clave de la asfixiante presión a la que el equipo rival nos sometió en el segundo partido fue, sin duda, Fran Díaz. Se mostró persistente y adherente en la marca individual, taponando todas las posibles opciones de pase que se presentaban para sacar el balón jugado. Jugador clave en la dominación de espacios y actuando como hombre libre por banda, vuelve a mostrar su faceta más atractiva. Gran noticia, sin duda.

El más listo de la clase fue Ángel Romo. No sabría describir con exactitud su rol en el terreno de juego pero siempre está ahí, ojo avizor al rechace, al rebote y sabe dónde colocar el balón. Algunos lo llaman suerte, pero yo prefiero definirlo como el hombre correcto en el momento oportuno. Como siempre digo, la evolución en el fútbol tiene nombre y apellidos. Estos son: Manolo Muros Rueda. Ni que decir tiene que es la persona que más ha mejorado en los casi cuatro años que llevamos jugando en Los Salesianos. Ha ganado en habilidad, versatilidad e incluso el disparo, que podría ser su talón de Aquiles. ¡A seguir así! Vendría más tarde nuestro Ale Valdés, un crack como siempre. Quitarle la pelota debería estudiarse en cátedra.

Como lo bueno se hace esperar, el crack de la tarde fue indiscutiblemente Luis Dueñas. Un jugador es bueno cuando marca goles, no siendo ése su cometido, a lo Xavi Hernández. Ahí tenemos al incombustible Luis. Cinco o seis chicharros son argumentos fehacientes para certificarlo. Técnico, displinado, inteligente, honesto y elegante. Un honor jugar a su lado. Así se desarrolló una atractiva tarde en la que cuando algún balón alcanzaba una altura estratosférica, había que encomendarse a Messi, quise decir, a Dios para que no se embarcara o saliese despedido directamente a la calle contigua. Luego, como invitada no deseada, llegaría la lluvia que nos incitó a marcharnos a casa, cual draconiano adalid.

Viernes, 14 de diciembre de 2012.

8 de diciembre de 2012

La broma que salva al Oviedo


Todo ha empezado con la precaria situación financiera que atraviesa el Real Oviedo, club histórico de nuestro fútbol. Los carbayones militan con más pena que gloria en el Grupo I de Segunda División B. El Oviedo inició a comienzos de esta temporada una ampliación de capital por valor de 1.900.000 euros para solventar los graves problemas que pueden acabar con la disolución del club ovetense. Si no se conseguía amasar esa ingente cantidad de dinero, un club legendario podía desaparecer en el abismo.

Desde el club, se intentó a la desesperada una acción social colectiva en la que se podía comprar un pequeño paquete accionarial con la simbólica cantidad de 10 euros a fin de obtener el dinero necesario. Además, el periodista inglés Sid Lowe también movilizó la campaña #SoSRealOviedo por varios países, obteniendo la nada desdeñable cantidad de 20.000 accionistas a lo largo y ancho del planeta. No obstante, la sombra del temido 17 de noviembre de 2012, fecha límite para llevar a cabo la transacción económica, estaba más cerca y no se llegaba a la cantidad necesaria.

El Real Oviedo abandonó la élite nacional en 2001 cuando consumó su último descenso a Segunda División. Desde entonces, ha sido un equipo ascensor que alternaba la Segunda División B con Tercera, los presidentes se sucedían de forma errática en el cargo, jugadores iban y venían y no se llegaba a alcanzar un confort económico deseado. Sin embargo, la actualidad referente a los carbayones siempre ha sido muy cercana como mítico equipo que es y una posibilidad de desaparición ha calado profundamente en el universo futbolístico, como ocurriera con el Glasgow Rangers meses atrás. Tal es la dimensión social del asunto que el máximo rival, el Sporting de Gijón, invirtió dinero para el Oviedo no desapareciera. Realmente, había que hacer algo...


Es ahí precisamente cuando cambian las tornas y algo tan común como una broma telefónica vuelca diametralmente la situación. Sería en el célebre programa radiofónico, Tiempo de Juego, de la Cadena Cope, en el que se parodia a los personajes de más actualidad en el fútbol, donde el conocido presentador y humorista español Dani Martínez llama a Arturo Elías Ayub, mano derecha y yerno del influyente y multibillonario empresario mexicano Carlos Slim. Este magnate es conocido por sus incontables obras filantrópicas y ha sido nombrado por la revista Forbes hasta en tres ocasiones como la persona viva más rica sobra la faz de la tierra.

Con el desparpajo que acostumbra, Dani Martínez le gastó una broma telefónica a Arturo Elías Ayub en la que nos obsequió con sus incuestionables dotes interpretativas para imitar sobre la marcha a Emilio Butragueño, Hugo Sánchez y Roberto Carlos e incitar al todopoderoso business-man una terapéutica ayuda de varios ceros con la que el equipo del Principado no desapareciera en la fría y oscura noche. Ayub reaccionó con gran sentido del humor, se mostró sobrecogido con la historia que todos los contertulios del espacio radiofónico les brindaron, al tanto que se ofrecía muy predispuesto e interesado para rescatar a los carbayones, pese a su comprensible incredulidad previa ante la llamada.

No pasaría ni una semana cuando Carlos Slim compra un paquete accionarial por valor de 2 millones de euros en el último día posible para efectuar adecuadamente el pago, convirtiéndose, de este modo, en el máximo accionista del Oviedo y salvando a la entidad contra la bocina. En el fútbol, al igual que en la vida, el humor es un remedio reparador para los baches que se pueden presentar. Dando al traste con las teorías de los proféticos mayas, parece que este no será el fin del mundo para el equipo asturiano, al que esperamos de todo corazón verlo muy pronto por Primera División. Tras la compra, Ayub declaró: Su programa fue parte importantísima para que nosotros tomáramos la decisión de ser parte de esto.



Fuente: Raúl Piña (17/11/2012). Carlos Slim compra el oviedo gracias a una broma de Tiempo de Juego de la Cope. Diario El Mundo.

6 de diciembre de 2012

La portería del Bernabéu


Los antecedentes entre Real Madrid y Borussia Dortmund vienen de lejos aunque hay que recordar uno especialmente. Corría el 1 de abril de 1998 y las puertas del estadio Santiago Bernabéu se abrían de par en para para recibir al Borussia Dortmund, vigente campeón de Europa por entonces, en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones. Era una oportunidad de oro para que el Real Madrid accediera a una final continental tras 17 años apeado de la misma. Las gradas de un abarrotado Bernabéu rugían para animar a su equipo camino a esa ansiada final en Ámsterdam. Sin duda, todo parecía la antesala de una gran noche europea en la capital. No obstante, las cosas no sucederían según el guión establecido...

El pegadizo himno de la Champions esbozaba sus acordes pero algo parece no ir bien. Es un linier quien avisa al colegiado holandés Van der Ende de lo que ha ocurrido en el fondo sur del estadio. Los cafeinados ultras se subieron, dejándose llevar por la euforia del momento, en una de las vallas que sujetaba la portería. Ésta cedió debido al peso de los hooligans y se desplomó instantáneamente, apenas un minuto antes de que diera comienzo el choque. Un estupor generalizado se apoderó del Bernabéu. Empezaron a extenderse rumores de que se suspendería el partido o, peor aún, que se le daría la victoria al conjunto alemán.

El Real Madrid no tenía porterías de recambio en el estadio, incumpliendo así la normativa UEFA que obliga a disponer de un arco adicional para casos similares y el máximo organismo europeo decide atrasar treinta minutos el partido. Los servicios de mantenimiento del estadio emprenden una desesperada acción por levantar la portería, llegando incluso a introducir un taco de madera en el césped con la intención de darle estabilidad. Sin embargo, todos esos frustrados intentos quedarían en vano. La portería, que databa del Mundial de España 1982, yacía en el suelo totalmente inservible.


En el Bernabéu se sucedería una tensa espera, a la par que los alemanes pedían la suspensión del partido. Así las cosas, hubo que traer una portería de la Ciudad Deportiva, situada bastante lejos de Chamartín, dicho sea de paso, un arco de entrenamiento y no de competición. La Ciudad Deportiva estaba cerrada y hubo que derribar una valla para su posible acceso, como si de un videojuego se tratara. Para el traslado, hubo que usar un potente camión Pegaso, propiedad de un socio, tocando su ensordecedora sirena por la ciudad, custodiado por la policía, en sentido contrario y a una velocidad de cien kilómetros por hora. Gran guión para una película de acción hollywoodiense.

La portería llegó al estadio, no sin antes protagonizar un curioso atasco dado que no cabía por el túnel y se enganchó en repetidas ocasiones, poniendo el peligro las redes. Finalmente, el nuevo arco entró ovacionado en el Bernabéu tras una hora de angustiosa espera. El árbitro dio el visto bueno a la portería de entrenamiento y el partido empezó a las diez de la noche, 75 minutos después de este lamentable incidente. No fue la primera vez que ocurría un hecho análogo en el fútbol. En un Bulgaria - Alemania del Mundial de Estados Unidos 1994, cuatro años atrás, también se cayó una portería pero fue restaurada en seis minutos. Cosas de América...

Con la vergüenza que supuso aquello, comenzó el partido. El Madrid ganaría por 2-0, con los recordados goles de Fernando Morientes a pase de Roberto Carlos y Christian Karembeu por medio de un memorable punterazo. Tras el empate sin goles, en la vuelta en Dortmund el Real Madrid consiguió su pase hacia Ámsterdam camino a su séptima Copa de Europa ante la Juventus de Zidane y Del Piero entre otros. La UEFA interpuso al conjunto merengue una sanción ejemplar de 115 millones de pesetas de la época y un partido de sanción. La temporada siguiente el Real Madrid Inter de Milán se jugaría a puerta cerrada en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla.


Fuente: S. Siguero (6/11/2012). Del bochorno de la portería al punterazo de oro de Karembeu. Diario Marca. Víctor Romero (29/9/2008). La portería del Real Madrid - Borussia Dortmund. Blog Futbolistas con karma.

16 de noviembre de 2012

Mourinho, el gran mediocre


Hay personas a las que el éxito se les antepone de forma natural, casi sin proponérselo. Es algo inherente a su forma de ser. Eso le ocurre a Pep Guardiola. El Noi ha sido elegido como el mejor entrenador de la pasada temporada 2011/2012 pese a que el Real Madrid ganara la Liga con un desaforado récord de 100 puntos. Por si eso fuera poco, Andrés Iniesta fue nombrado mejor centrocampista del pasado curso, Messi mejor jugador por cuarta vez consecutiva, Carles Puyol premio al juego limpio y Marc Bartra, mejor defensor de la Liga Adelante.

Estas condecoraciones han sido otorgadas por todos los técnicos y jugadores de Primera y Segunda División. A diferencia del célebre Balón de Oro, politizado por intereses financieros y opíparas tendencias, estos premios recogen la intraesencia y el espíritu del fútbol. Es decir, han sido otorgados por los trabajadores de este juego, por la gente que sabe de ésto, por los que entienden de verdad. Desalentadora lección para un Real Madrid que, pulverizando todos los récords y contando con un equipo bestial en todos los sentidos, no podrá hacer sucumbir la hegemonía de la filosofía del Barça.

Guardiola, plácidamente en su presurizado año sabático en Manhattan, ha sido reconocido por sus colegas de profesión como el mejor, mientras José Mourinho se dedica, fiel a su estilo, a lanzar odas rimbombantes a todos los medios pero carentes de contenido lógico. El problema es que ya nadie se cree a Mourinho. Quizá la primera temporada, con el fulgor que suscitó, sus palabras causaban algo de estupor. En la actualidad, más que eso da risa. Se trata de algo así como ese payaso, cuyos chistes ya hemos escuchado mil veces, y al que le reímos las gracias por compasión.

Precisamente por ello, Mourinho nunca pasará a la historia del fútbol. Como entrenador, sus títulos no pasan desapercibidos, al igual que los de Pep pero las cosas no son así. En fútbol se puede ganar y, por otro lado, se puede ganar de forma diferente. Guardiola reinventó el sistema de Cruyff y evolucionó hasta la sublimación del deporte, atribuyendo aspectos a un juego en el que se creía todo inventado. Mourinho no. Dicen los iluminados que Mou es la principal referencia de fútbol de contraataque y la realidad es que el Real Madrid no juega al contraataque. En realidad, no juega a nada. Es la ilusión óptica de creer que juegan al contraataque por contar con una expeditiva defensa y una abrumadora delantera. Pero eso no es contraataque. De hecho, el Real Madrid no juega a nada. Gana y punto.

Y no es algo que diga yo. Como siempre, la historia nos lo demuestra. En el año 2010, el Inter de Milán ganó el Triplete (Scudetto, Copa de Italia y Champions) con Mourinho pero nadie se acordará de ese equipo. La gente seguía hablando del Barça, al igual que este año como pasó con el Chelsea. ¿Quién se acordará de ese ultraespeculador equipo londinense de azul dentro de 20 años? Nadie. Hace dos años también, Holanda podría haber ganado el Mundial, pero no hace falta que diga cómo jugaban los Van Bommel, Sneijder, Heintinga y De Jong de turno. De nuevo, los Oranje no ganaraon ninguna de las finales anteriores (Alemania 1974 y Argentina 1978) pero permanece indeleble en la memoria de todos, mucho más que la Alemania de Beckenabuer y la Argentina de Kempes que se quedaron con la Copa en casa. El Madrid gana. El Barça es recordado.

Inspirado en el artículo de Lluís Mascaró en el Diario Sport. (El fútbol humilla a Mourinho).

3 de noviembre de 2012

Genes engañosos


Día de enhorabuena para el barcelonismo y, por qué no decirlo, para el fútbol en general. En la tarde pasada, el jugador argentino del Fútbol Club Barcelona, Leo Messi ha sido padre por primera vez. Thiago Messi nació en la clínica Dexeus de Barcelona. Por ello, el crack argentino no pudo asistir al entrenamiento del Barcelona aunque, como ha indicado Tito Vilanova, es posible que si esté ante el Celta. La cigüeña colocó el nido de Thiago en manos del mejor jugador de fútbol actual. No sabemos si el primogénito de Messi será un gran futbolista, si le gustará el fútbol. No obstante, hay casos en los que el fútbol no se lleva en la sangre.

El hecho de llevar apellidos tales como Maradona, Cruyff y Beckenbauer puede ser un arma de doble filo. Por un lado, es una rápida vía de acceso para el deporte de alto nivel. Por otro lado menos deseable, crea unas expectativas y una presión añadidas para nada recomendable. Un dorsal con un simple apellido puede pesar mucho porque, afrontémoslo, siempre va a pesar la comparación con su progenitor. Esto es algo perpetrado básicamente por los medios de comunicación y tiene unas nefastas consecuencias para el heredero en cuestión. Echémosle un vistazo a los casos más sonados...

Jordi Cruyff nació en 1974, curiosamente, el año en que su padre sentó cátedra en el fútbol europeo, llegando a la final del Mundial de Alemania. Se formó en las categorías inferiores del Barça y llegó a debutar en la selección neerlandesa. Hasta aquí todo bien. Sin embargo, el despido fulminante de su padre como técnico del Fútbol Club Barcelona aceleraron la salida de Jordi Cruyff. Fue entonces cuando se enroló en las filas del Manchester United, equipo en el que ganó la Premier League y la Intercontinental.


En 1999 volvería a España, esta vez, para probar suerte en el Celta de Vigo que consiguió la cesión del primogénito de El Flaco por parte de los diablos rojos. Tras una temporada en la que se consagró como un hábil atacante, pasó al Deportivo Alavés en 2000, equipo en el que, sin duda, firmó su papel más destacado en su trayectoria. Llegó a la final de la Copa de la UEFA en 2001, que perdería ante el Liverpool y, con el descenso del club vasco en 2003, Jordi Cruyff fue fichado por el Espanyol. Fue 9 veces internacional, tanto con la selección de Holanda como en la de Cataluña y fue convocado por Guus Hiddink para la Eurocopa de 1996. Tras unos años en los que su nivel fue muy descendente y confinado en el dique seco, acabó su carrera en la Liga Chipriota en 2010.

Una de las emergentes estrellas que finalmente acabó estrellándose fue Edinho, nada menos hijo de Pelé. Para romper con la tradición, el hijo de uno de los máximos goleadores de todos los tiempos se desempeñó de portero y pasó casi la mayoría de su carrera en el Santos, club en el que Pelé es venerado y deificado hasta fines inconcebibles. Llegó a reconocer que su fama no se debía a nada, que nació ya siendo famoso y con una responsabilidad para la que no estaba preparado. Defendió durante cinco años la portería del Santos aunque es más recordado por episodios más turbulentos como dos detenciones, acusado por narcotráfico.

En Alemania, es menos conocido el caso de Stephan Beckenbauer, hijo del káiser, que apenas tuvo reconocimiento internacional. Pasó inadvertido a mediados de los ochenta en el Bayern de Múnich y acabó su estancia en el deporte rey jugando en Segunda División. En el caso de Maradona, su hijo no reconocido legítimamente Diego Maradona Sinagra fue un fugaz jugador que alternó su carrera entre la Tercera y la Cuarta División Italiana.


Naturalmente, también existen los casos de hijos que superaron a sus progenitores, que también alcanzaron la élite. En concreto, tenemos la saga Maldini en la que Paolo superó la leyenda de su padre Cesare en el AC Milán con 5 Copas de Europa y una vitrina de títulos realmente extensa. En nuestras fronteras, Manolo Sanchís Jr. igualó y superó el registro de su padre. Manuel Sanchís Hontiyuelo ganó la Séptima Copa de Europa con el Real Madrid en 1998, la primera en su particular palmarés, y revalidó título en 2000 con la consecución de la Octava del club blanco, superando así a su padre Manuel Sanchís Martínez.

En el mundo del baloncesto, Marcus y Jeffrey Jordan no pudieron sostener sobre su hombro el peso de su apellido y se retiraron de las canchas en la Liga Universitaria a los 21 y 23 años. Parece evidente que el hecho de llevar un apellido de tales dimensiones puede ser beneficioso al principio para hacerse un hueco en la élite de un modo más sencillo, aunque todo ello es mermado rápidamente por la presión y expectativas que se depositan en un jugador. Y se trata de algo justo porque para llegar a lo más alto hay que recorrer un largo camino y trabajar con tesón.

Hoy es un día de alegría. Con sus pocas horas de edad, el pequeño Thiago yace en los brazos de su madre, Antonella, y su padre acapara todas las portadas como el crack que es. Igual en unos años también lo hace él. El 3 de noviembre de 2012 pasará a la historia como el día en que nació el nuevo Mesías, el hijo de D10S, Thiago Messi. ¡La saga continúa!


Fuente: Diario Sport (3/11/2012). Thiago Messi, la gran esperanza para romper el maleficio del heredero.

23 de octubre de 2012

Sergio Busquets, el crack silencioso


En el fútbol, el protagonismo es acaparado por los grandes cracks. Si eres colchonero, tu ídolo confeso será El Tigre Falcao; si te identificas con el Manchester United, suspirarás por Rooney y, si como yo; eres culé, Messi estará deificado. Ahora bien, los equipos se construyen de atrás para adelante. Es ahí donde comienzan los engranajes que, una vez en armonía, edifican un equipo sólido. En este esquema es donde aparece un jugador con un juego que pasa inadvertido para los medios de comunicación. De carácter apacible y silencioso, su juego es una delicia para los analistas del deporte. Como no podía ser de otro modo, hablamos de Sergio Busquets.

Pep Guardiola y Vicente del Bosque coinciden en decir: Si volviera a jugar, me gustaría parecerme a Busquets. De aspecto espigado, los movimientos de Busi, como le llaman sus compañeros, distan años luz a los de Xavi, Iniesta y Messi. No tiene las pelopinas (giros de 180º) de Xavi, ni la magia de Don Andrés, ni la fantasía de Messi. Sin embargo, el juego del Barça tal y como lo conocemos sería difícil de imaginar sin la figura de Busquets. Reservado en las ruedas de prensa e inteligente, él siempre permanecerá ahí, en el anonimato, entre bastidores...

Nacido en Badía, un pequeño pueblo de Barcelona, Sergio Busquets apareció en la vida de Guardiola allá por el año 2007. Por entonces, El Noi dirigia al Barça B en Tercera División y Busquets no era titular. Contaba con tan sólo 19 años y su apellido era el de una gloria efímera del club. En efecto, su padre Carles Busquets era portero suplente de Andoni Zubizarreta en la Copa de Europa de 1992 y uno de los actores secundarios del Dream Team.


Busi no jugaba en ningún escalafón inferior de la selección española y alternaba las lesiones con el banquillo hasta que Pep Guardiola se hizo cargo del filial. Como en una relación simbiótica, es inconcebible a Sergio Busquets sin la figura de Guardiola y a Pep sin Sergio. Apenas tres años después, Busquets sería titular en la final del Mundial tras haber ganado 7 títulos con el Barcelona. Pero eso es otra historia...

Cuando Guardiola es elegido por la secretaría técnica del Barça como entrenador del primer equipo, entiende que El Pulpo de Badía es inamovible. El Barça pierde en su debut ante el Numancia en Soria y sólo consigue empatar ante el Racing de Santander en el Camp Nou. Por desgracia, en fútbol, la necesidad de títulos para un club como el Barça exige una eficacia a corto plazo y esos resultados no llegaban. Los murmullos se apoderan del Camp Nou, pañuelos blancos empiezan a llenar las gradas como en el último año de Rijkaard y Guardiola se la juega ante el Sporting en El Molinón.

Tras descartar a Mourinho, no hay duda de que el futuro del joven entrenador depende del resultado ante el Sporting del añorado Manolo Preciado. ¿Injusto, cierto? El Barça vilipendia a los rojiblancos por 1-6 y Busquets, de titular, se resarce con un partido sencillamente espectacular. Después de eso, ya sabemos qué ocurrió. Tras el Triplete, vino el Sextete y, con la Liga de 2010, el Mundial de Sudáfrica esperaba impaciente a la vuelta de la esquina.


Este capítulo supone un punto de inflexión en la carrera de Busquets. Vicente del Bosque matiza el esquema con el que España ganó la Eurocopa 2008 y coloca a Busquets en la medular junto a Xabi Alonso. Las criticas no se hacen esperar. Los defensores de Aragonés atacan severamente esta formación. Argumentan que situar a dos jugadores de corte defensivo va a mermar el romántico juego de España. Suiza gana a La Roja en el partido inaugural y la avalancha de juicios recae sobre Busquets. Fiel a su estilo, el de Badía no se pronuncia al respecto. Su carácter reservado y tranquilo le impide responder a la retahíla de críticas que le aguardan. Pero hubo alguien que zanjó el tema de raíz...

Fue Vicente del Bosque quien lo hizo. Textualmente, manifestó: Si volviera a jugar, querría parecerme a Busquets. España ganó los dos partidos siguientes de la fase de grupos ante Honduras y Chile. Busquets fue titular. Después cayeron Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda. España era campeona del mundo. A los opinólogos y detractores de Busi se los tragó la tierra. Xabi Alonso afirmaría que Busquets fue el mejor jugador del Campeonato del Mundo.

Aunque jugó de delantero hasta los 14 años y luego de interior, la posición natural de Busquets se sitúa entre los dos defensas centrales. En el juego del Barça y de España esta demarcación es fundamental. Suya es la función de sacar el balón jugado y de cederlo a los jugadores más creativos. Su posición es más retrasada que la de Xabi Alonso, de modo que es perfectamente combinable con el de Tolosa. Éste es un jugador estrictamente defensivo y domina de maravilla los espacios, el juego aéreo y los desplazamientos en largo. Busquets es un volante mixto revolucionado. La pareja Alonso-Busquets no es un doble pivote tradicional, sino una reinvención del concepto de doble mediocentro.


Dicho de otro modo, Busquets reencarna al Guardiola que empezó a aparecer en las alineaciones de Johan Cruyff y Carles Rexach en 1990. Es un jugador con un gran juego técnico, alto, incluso desgarbado, siempre ve la opción fácil, juega de primeras, es majestuoso con el balón como diría Pep, tiene un gran sentido del juego, su colocación es perfecta, siempre está en el lugar adecuado, sus pases son precisos y todo ello lo hace con suma tranquilidad. O sea, el jugador que necesita el Barça. Ver jugar a Busquets ejemplifica la Filosofía Barça, made in La Masía.

Dice Guardiola que, gracias a que Cruyff y Rexach estaban en el primer equipo, él pudo jugar en el Barça. Algo parecido ocurre con Busi y con Pep. Con otro entrenador, no habríamos descubierto a un jugador tan fantástico. Busquets es ese volante que no juega par él, sino para los demás, algo así como un obrero entre artistas, el que prepara la función para que los demás puedan representar. No es mediático pero su labor es encomiable.

Profesional, inteligente, competitivo y amable, Busquets es el jugador que más valoran los técnicos. La de mediocentro es la posición más difícil del fútbol. Hay que pensar ante la presión del rival y tomar decisiones en un lapso de tiempo muy corto. A la vez, la buena conducción y velocidad impresas en el juego dependen directamente de su papel. Prefiero cortar diez balones, robar entre líneas, que tirar diez paredes. A mí me da igual morder la salida del balón que barrer la zona porque estoy para eso, para facilitar el trabajo a los demás. Para disfrutar del fútbol en toda su gama de matices, hay que reparar en el juego del obrero, del hombre que huye de la atención mediática. Si Xavi es el arquitecto del Barça, Busquets coloca la base de los cimientos.


Fuente: Matías Manna (9/10/2010). Busquets y la inteligencia del mediocentro. Blog Paradigma Guardiola. Santiago Segurola. Busquets, el secreto mejor guardado. Diario Marca.

17 de octubre de 2012

Affaire kuwaití en España 1982


Tras el agónico empate que España sufrió anoche ante Francia en el descuento, Les Bleus vuelven a acaparar el protagonismo en Mis peloteros favoritos. Curiosamente, también tuvo lugar en España la anécdota de hoy aunque 30 años antes. Fue en el Mundial de 1982, sin duda, uno de los momentos más dramáticos de la historia de la selección francesa. La desdichada agresión de Toni Schumacher a Patrick Battiston en Sevilla, las molestias musculares de Platini y el affaire que la mujer de éste mantuvo con Jean-François Larios se sumaron al bizarro hecho que tuvo lugar en el Francia-Kuwait de la primera ronda.

El prodigioso Fútbol Champagne que practicó Francia en los ochenta no se saldó con ningún Campeonato del Mundo. España 1982 yace como recuerdo indeleble en la historia de un equipo muy ofensivo que tuvo que renegarse con un cuarto puesto en el certamen mundial. Por si eso fuera poco, Larios, que jugaría después en el Atlético de Madrid, fue apartado del equipo de Francia tras descubrirse la relación que mantuvo con la esposa de Platini. El capitán francés, al enterarse de la noticia, le dio un ultimátum al seleccionador Michel Hidalgo. Larios sólo jugaría la final de consolación ante Polonia en el Rico Pérez y nunca más sería convocado con la selección.

No obstante, el hecho que tiene lugar hoy es uno de los más rocambolescos que han tenido como escenario una Copa del Mundo. A fin de situarnos, Francia fue encuadrada junto a Inglaterra, Checoslovaquia y Kuwait, disputando los partidos de forma simultánea en San Mamés (Bilbao) y José Zorrilla (Valladolid). Sólo dos de ellas se clasificarían para la segunda fase de grupos en un extinto formato en el que los cuatro ganadores de grupo accederían a las semifinales del MundialFrancia e Inglaterra debutaron en San Mamés y los Pross cosecharon una victoria por 3-1. En Valladolid, una cenicienta selección de Kuwait consiguió un inesperado empate ante la Checoslovaquia de Panenka. La selección centroeuropea perdería 2-0 ante Inglaterra, sellando el pase de los ingleses a la segunda fase. Sólo quedaría una plaza libre que Francia no estaría dispuesta a malograr.


Era el 21 de junio de 1982 y a las cinco y cuarto de la tarde en el estadio José Zorrilla reinaba una apacible tarde veraniega. Francia y Kuwait se veían las caras. El ambiente era ensordecedor y todos estaban dispuestos a presenciar una buena tarde de fútbol. Dirigido por el trencilla soviético Miroslav Stupar, sería un partido en el que Francia se posicionaría rápidamente como la dominadora indiscutible del choque. Pocos de los allí presentes se podían llegar a imaginar que estarían ante uno de los partidos más surrealistas y estrambóticos que se recuerdan en un Mundial

Genghini adelantó a Francia al transformar un libre directo. Al borde del descanso, Platini finaliza una jugada personal para firmar el segundo gol de Francia que acusaron notablemente los jugadores kuwaitíes. En el minuto 2 de la segunda parte, antes de que los espectadores se acomodasen en sus asientos, Didier Six firmó lo que parecía la sentencia de Francia con el tercer gol de la tarde. Al Buloushi recortaría diferencias en el minuto 24. Fue entonces cuando Alain Giresse se disponía a efectuar un dribling a un adversario y en ese momento...

Uno de los espectadores de Kuwait sacó un silbato para hacer creer a los jugadores que el árbitro había señalado fuera de juego. El habilidoso centrocampista Alain Giresse, que no escuchó el ilícito pitido, dribló a su rival y anotó lo que parecía ser el cuarto gol de Francia. El colegiado se dirigió hacia el centro del campo y dio por válido el gol pero los jugadores de Kuwait se negaron a sacar de centro, se colocaron en la puerta del túnel de vestuarios y, de forma airada, comenzaron a protestar al ser llamados por ese extravagante espectador.


El responsable del silbato de la grada era nada menos que el jeque Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah, hermano del emir de Kuwait y presidente de la Federación de Fútbol de Kuwait. Pretendía que sus jugadores abandonasen el campo. El célebre personaje, ataviado por su túnica y turbante, se dignó a bajar al césped del José Zorrilla y, ante el estupor de los periodistas y aficionados, comenzó a dialogar con el árbitro, mientras custodiaba su misterioso maletín. La Guardia Civil Española le hizo el pasillo al jeque y no intentaron frenarle aunque casi logran echar del campo a Michel Hidalgo, seleccionador francés. Lo esperpéntico del meollo es que Miroslav Stupar anuló el gol de Francia después de haberlo dado por válido e hizo proseguir el partido con un bote neutral.

Refugiado entre la multitud de la grada, el jeque desapareció de escena rápidamente. Con toda probabilidad, no era consciente del alcance del hecho que acababa de protagonizar. La justicia es lenta, pero siempre llega. Algo así ocurrió en el partido, dado que Francia se resarció minutos después de aquella trascendental decisión. Bossis marcó el, ahora sí, cuarto gol de los franceses. El partido continuó sin incidencias y el colegiado Stupar pitó el final sin añadir descuento, seguramente, con ganas de acabar con aquello y que aquel lamentable hecho se olvidara lo antes posible.

Nada más lejos de la realidad. la Federación Kuwaití y el jeque fueron severamente multados con una amonestación económica equivalente a 25.000 francos suizos en concepto de multa antideportiva y la FIFA suspendió al colegiado soviético Miroslav Stupar de por vida. Poco más se volvió a saber del célebre jeque Fahad hasta que volvió a aparecer en las primeras páginas de los periódicos ocho años después, el 2 de agosto de 1990 cuando perdió la vida en la invasión de las tropas iraquíes a Kuwait. A día de hoy, el contenido del maletín que siempre llevaba sigue siendo un misterio.


Fuente: Eugenio Llamas (marzo de 2010). El esperpento del Francia Kuwait. Blog Cuadernos de Fútbol.

10 de octubre de 2012

Equipos históricos: Bulgaria 1994


Existe una frase hecha en el mundo de fútbol que afirma que sólo recordaremos a los ganadores y que los perdedores desaparecerán en las brumas del olvido. Sin embargo, la experiencia demuestra que esto no es necesariamente cierto. Equipos de pueblo como el Mirandés plantándose en todas unas semifinales de Copa del Rey o una novata selección de Croacia en Francia 1998 son buena prueba de ello. Obviamente, no hay que olvidar a la gran Bulgaria de Hristo Stoichkov y Emil Kostadinov que, análogamente a los balcánicos cuatro años después, también lograrían el acceso a unas semifinales en Estados Unidos 1994.

La caída del sistema soviético en Europa a principios de los noventa supuso un cambio en la infraestructura económica imperante en el viejo continente. Por si eso fuera poco, en Bulgaria concretamente se diversificó el mercado de jugadores foráneos. De este modo, cracks como Stoichkov, Kostadinov y Balakov recalaron en el Barcelona, Oporto y Sporting de Lisboa, respectivamente. Fue algo así como un escaparate de las grandes estrellas del este que se consagrarían años después en el certamen mundial.

A fin de sembrar la tragedia, Bulgaria acudió al Parc des Princes de París en noviembre de 1993 para plantar cara a toda una selección francesa de Cantona, Papin y Ginolá, entrenada por Michel Platini. Era el último partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos en 1994 y todo parecía de cara para que les Bleus comprasen el tícket mundialista. A fin de cuentas, en el fútbol las ideas preconcebidas no son relevantes y Kostadinov se encargó de recordárselo a todos los franceses. El jugador del Oporto volteó el marcador en el último minuto tras un clamoroso error de Ginolá. Bulgaria jugaría el Mundial.


Sin presiones de ningún tipo, Los Luvovete fueron encuadrados en el grupo D del torneo junto a Argentina, Nigeria y la cenicienta Grecia, debutante en una Copa del Mundo. Anecdóticamente, el hecho más célebre de este grupo fue la suspensión de Diego Armando Maradona. El Pelusa jugó su último partido con la selección de Argentina el 21 de junio de 1994, tras dar positivo en un rutinario control anti-dopping al cierre de un Argentina Grecia que la albiceleste ganaría por un cómodo4-0.

Dicho esto, el debut de Bulgaria en el Mundial no fue nada fácil. Los Leones recibieron una goleada por 3-0 a manos de la sorprendente Nigeria de Amunike en un abarrotado Estadio Cotton Bowl de Dallas. Pero esta dolorosa derrota motivó a Bulgaria que se resarció de la misma ante la comparsa Grecia por 4-0 en Chicago, con goles de Letchkov, Borimirov y Hristo Stoichkov con dos tantos transformados desde los once metros. Era la primera victoria de Bulgaria en una Copa del Mundo.

Catatónicos por el fútbol desplegado, los seguidores búlgaros esperaban temerosos que tarde o temprano su selección cayera eliminada. Sumidos en este placentero sueño, ese partido no llegaba y en el siguiente choque doblegaron a una desdibujada Argentina sin Maradona por 2-0. Dado que el formato actual del Mundial no llegaría hasta Francia 1998, se clasificarían los tres primeros de grupo, por este orden, Nigeria, Bulgaria y Argentina. Bulgaria accedía a los octavos del final del Mundial.


En los play-off del torneo, Bulgaria se veía las caras con México, en un partido en el que el frágil poste de una portería fue el protagonista al romperse inesperadamente. Stoichkov abrió el marcador por medio de un potente disparo que entró en la meta defendida por Jorge Campos, legendario cancerbero mexicano. García Aspe empató a un gol y el partido se tuvo que decidir a penaltis. Borislav Mihailov se consagró como el héroe bajo los palos para abrir las puertas de una eliminatoria de cuartos ante la campeona Alemania de Völler, Klinsmann, Riedle y Matthaus.

Klinsmann se dejó caer en el área búlgara y el colegiado señaló penalti. Con sangre fría, Lothar Matthaus transformó la pena máxima y adelantó a la Mannschaft en el marcador. Posteriormente, Hristo Stoichkov, fue derribado por el defensor bávaro Andreas Moeller a unos 23 metros de la portería defendida por Bodo Illgner. El sempiterno Stoichkov firmó un tanto de bella factura al materializar el libre directo. La sentencia la dictaminaría la alopécica testa de Lechtkov mediante un cabezazo de precisión anatómica. En sólo tres minutos, Bulgaria fue la artífice de una de las más grandes decepciones de un Mundial. La inquebrantable Alemania campeona del mundo había sucumbido ante un equipo de emergentes estrellas prácticamente desconocidas y Bulgaria se postulaba como uno de los cuatro mejores equipos del mundo.

En Nueva York les esperaría la temible Italia de Baggio y Maldini, entrenada por Arrigo Sacchi. Precisamente sería Baggio quien adelantaría a los italianos, sirviéndose de un saque de banda de Roberto Donadoni. La temperatura en la ciudad de los rascacielos rozaba los 35 grados, algo que no impediría ver un partido frenético y con unas altas cotas de emoción. Tras unas jugadas fallidas por parte de la Azurra, Roberto Baggio volvería a marcar. Esta vez era su quinto gol en el Mundial


En cinco minutos, Italia había hundido a Bulgaria, dicho sea de paso, con un juego realmente vistoso. Maldini, reconvertido a centrocampista en la selección, pudo hacer el tercero. No obstante, al borde del descanso, Pagliuca derriba a Sirakov que regatea hasta a tres adversarios. Penalti claro que Hristo Stoichkov aprovecharía para igualar a Salenko como máximo artillero del Mundial con 6 dianas. Bulgaria persistió hasta el final e incluso pudo empatar gracias a una mano de Costacurta en el área que el árbitro no pitó.

Italia rompió en añicos el sueño búlgaro de plantarse en la final. Los transalpinos certificaron en Nueva York el pase a su cuarta final. Fue en Nueva York, a modo de paralelismo emocional en la ciudad a la que miles de italianos emigraron durante el siglo pasado para alcanzar el deseado Sueño Americano. La Suecia de Brolin, Dahlin y un joven Larsson, equipo que también merece mención propia, cayó ante Brasil en la otra semifinal. Suecos y búlgaros, cansados y decepcionados se enfrentaron por el tercer puesto en Pasadena (Los Ángeles). El incombustible portero Ravelli no tuvo demasiado trabajo y Kostadinov que jugó en el Deportivo de La Coruña anotó un tanto que fue anulado por fuera de juego. Bulgaria fue vapuleada por el gran talento escandinavo.

A pesar del cobre, Bulgaria es recordada por el gran fútbol que desplegó. Aunque anárquico y ácrata, fue un equipo que controló realmente bien los egos. Luboslav Penev, bien recordado por la afición del Atlético de Madrid y sobrino del seleccionador Dimitar Penev, no pudo asistir al torneo al estar recuperándose de un cáncer testicular. En resumidas cuentas, es la historia de cómo un equipo clasificado in extremis llegó a las semifinales de un Mundial. Pese a contar con una buena plantilla, caer en octavos hubiera sido una sensación reconfortante para los atónitos aficionados búlgaros. Timbas de póker, suculentos licores y voluptuosas azafatas fueron también los acompañantes de los pupilos de Penev en la cita mundialista. Fue en Estados Unidos 1994, tierra de oportunidades. El sueño americano se quedó en eso: en sólo un sueño.


En la clasificación de la Eurocopa de 1996, Bulgaria encadenó un considerable número de victorias e incluso volvió a ganar a Alemania en Sofía. No obstante, el equipo había perdido la punta de lanza ofensiva. El impago de algunos jugadores por parte de los clubes europeos se evidenció y terminó desgastando a los futbolistas. Todo terminaría en la Eurocopa de Inglaterra 1996 en la que Francia eliminó a Bulgaria en la primera 

Bajo la batuta de Dimitar Penev, he aquí la lista de los jugadores que lograron el cuarto puesto en USA '94 con sus respectivos equipos entonces. 

Porteros:  Borislav Mikhailov (Levski de Sofía) y Plamen Nikolov (Levski de Sofía).

DefensasEmil Kremenliev (Levski de Sofía), Trifon Ivanov (Neuchatel Xamax de Suiza), Tsanko Tsvetanov (Levski de Sofía), Petar Houbchev (Hamburgo), Nikolai Iliev (Stade Rennais) e Ilian Kiryakov (Mérida).

CentrocampistasZlatko Yankov (Levski de Sofía), Iordan Letchkov (Hamburgo), Daniel Borimirov (Levski de Sofía), Ivaylo Yordanov (Sporting de Lisboa), Boncho Genchev (Ipswich Town), Georgi Georgiev (Mulhouse FC) y Krassimir Balakov (Sporting de Lisboa).

Delanteros: Emil Kostadinov (Oporto), Hristo Stoichkov (FC Barcelona), Nasko Sirakov (Levski de Sofía), Petar Mikhtarski (Pirin Blagoevgrad), Petar Aleksandrov (Aarau de Suiza), Velko Yotov (RCD Espanyol) e Ivaylo Andonov (CSKA de Sofía).

Vídeo que sintetiza la aventura de Bulgaria en Estados Unidos 1994. Fue un Mundial memorable en el que destacaron selecciones pequeñas como Rumanía, Nigeria, Arabia Saudí y Suecia en un país en el que el fútbol no goza de mucha popularidad. 

Fuente: Víctor Romero (17/7/2010). Bulgaria 1994, Blog Futbolistas con Karma

1 de octubre de 2012

Anticatalanismo



Antes de embarcarme en mis elucubraciones, el artículo que estás a punto de leer se exime de contenido deportivo. Como habrás deducido por el título, hoy no trataré cuestiones deportivas o estrictamente futbolísticas. Aclarado el matiz, tampoco contaminaré el blog de política porque no es el sitio. Siempre hay que intentar separar política y deporte pero, afrontémoslo, van cogidas por la mano. ¿De qué estoy hablando? Sólo tienes que seguir leyendo...

El anticatalanismo, o antisenyerismo como diría mi idolatrado Rubén Uría quien me ha inspirado a escribir este artículo, es un tema realmente extenso sobre el que se ha escrito, se escribe y se seguirá escribiendo en todos los formatos, medios y ópticas que podamos concebir. Es el eterno debate de siempre, soporífero, monótono, hastiante y banal con el que uno ya empieza a bostezar. Debate que, como comprenderás, no voy a retroalimentar innecesariamente. Únicamente, hay que tener en cuenta que, con la actualidad tan endémica que atraviesa España, estos temas deben pasar a un segundo plano. Exacto, deben.

Pep Guardiola hizo una aparición tan breve como clara en la Diada, la fiesta nacional de Catalunya, el pasado 11 de septiembre con motivo de la multitudinaria manifestación por la independencia. Conocido por todos su ferviente catalanismo, no hizo más que reivindicar algo tan evidente como que el agua moja. Aquí tenéis un voto más. Con esta demoledora frase, mostró, de forma poco precisa y algo ambigua, su sintonía con el movimiento revolucionario. Sirviéndose de la incendiaria cita, muchos acusan a Guardiola de un antiespañolismo, cuando muchos de esos esbozan una mueca de repudio hacia todo aquello que apeste a catalán. 

Parece complicado que una frase de apenas cinco vocablos pueda destapar tantos comentarios, ya sean positivos o negativos. Hay quien dice que Guardiola no puede mostrar ese sentimiento tan radical, como si ser ex-entrenador de fútbol le incapacitara para proclamar lo que piensa y siente. También muchos como Alfonso Pérez, compañero de Pep en la selección española, se preguntarán por qué jugaba con La Roja si pensaba de ese modo. No conocía que prestar sus servicios a la selección, con la que disputó el Mundial de 1994 y la Eurocopa 2000, podría generar tantas deudas o compromisos morales a largo plazo. Dicho sea de paso, el marco legal existente cuando Pep Guardiola jugaba con la selección española le obligaba a presentarse en la convocatoria y Pep no desafió el imperativo legal.

Guardiola siempre ha paseado por los cuatro costados su irrefrenable catalanismo, porque es catalán. O sea, no hace apología del independentismo porque diga que es de un país como Catalunya. Fijo que a alguien de tu pueblo le llamarás paisano, palabra derivada de país, y apuesto que no eres independentista de tu pueblo. No hay vuelta de hoja. Seguro que tú, querido lector, allá donde te encuentres también te sientes orgulloso de tu pueblo, tierra o país. El Barça es un club desacomplejadamente catalanista y, por tanto, siempre se ha mostrado al servicio de su país, Catalunya, paseando su bandera por todos los rincones del mundo en los que ha desplegado su fútbol.

Escuché una vez: La vida es demasiado corta como para pasárnoslas pidiendo explicaciones. Aplicando dicha tautología, con Guardiola sólo podemos hacer dos cosas: la inteligente y la otra. La opción avispada consiste en dejar a un lado su ideología y sentimiento para quedarnos con lo que nos ha dado que, digámoslo, no es poco. Es más inteligente admirarle por lo que le ha dado al Barça, enamorarse del fútbol, por haber sublimado el juego, por atribuir elementos en un deporte en el que se creía que ya estaba todo inventado y disfrutar todos los matices de su vasta filosofía que decepcionarnos por cinco palabras que expresan su sentir. No hay que juzgar a la gente en función de lo que siente. 

La intolerancia imperante en España, país en el que abundan fachas y paletos, provocan un resquemor y un nudo marinero en el estómago cuando se pronuncia la palabra independentismo. La verdad sea dicha, a mí la unidad de España me importa tanto como el cumpleaños de una tortuga. Hay cosas más importantes. Recientemente, Sandro Rosell, con el que no comparto su discurso, manifestó públicamente: Si Catalunya se independiza, el Barça seguiría jugando la Liga Española. No entiendo por qué sus palabras han destapado tanto alboroto. Ahí está Mónaco, que es un estado independiente a Francia y, sin embargo, su club juega la Liga Francesa. De hecho, es el último club francés que ha jugado una final de Champions, la que perdería ante el Oporto de Mourinho en 2004.

Con mis palabras, puedo ganarme la animadversión de mucha gente y el cariño de muchas otras. En realidad, no me importa mucho. El Barça es el club más importante de España. Sólo los azulgranas han aportado a nuestra selección un número elevado de jugadores con los que conseguir su objetivo y ambos practican un fútbol muy parejo y similar. En el Real Madrid no deberían estigmatizar tanto a los catalanes porque el club merengue existe gracias a un país como Cataluña, dado que fue fundado por dos hermanos catalanes: Joan y Carles Padrós. A fin de cuentas, ¿Qué mas da si eres un españolista visceral o separatista confeso? En definitiva, cuando aprendamos a respetar lo que piensa y siente cada uno, seremos realmente maduros.


Fuente: Inspirado en el artículo de Rubén Uría (13/9/2012). Banderas y fronteras. Yahoo! Deportes.

16 de septiembre de 2012

Jugadores históricos: Marcel Desailly


Según los estudiosos de la materia futbolística, Los buenos equipos se construyen desde atrás hacia adelante. Así se concibe el deporte rey como un edificio, es decir, de nada sirve tener una estructura avanzada y rompedora si fallan los cimientos. Tampoco es complicado oír a estas personalidades aforismos del tipo: Los buenos delanteros ganan partidos; los buenos defensores logran campeonatos. En cualquier caso, no cabe la menor duda de que Marcel Desailly engloba a la perfección todas esas afirmaciones...

Nacido como Odenke Abbey en Ghana el 7 de septiembre de 1968, fue adoptado por un diplomático francés a la edad de 4 años que se casó con su madre. Dejó la precariedad del continente africano para rehacer su vida en Europa. Se formó en las categorías inferiores del Nantes, club en el que ingresó con 12 años. Sería en la tierra del Loira donde Marcel Desailly conocería a las dos personas más importantes en su carrera deportiva: el entrenador Jean-Claude Suaudeau y Didier Deschamps, que lo acompañaría durante prácticamente toda su vida en la cúspide del fútbol europeo y mundial.

Uno de los aspectos más importantes en la progresión personal del francés sería la condición física. A partir de la temporada 1991/1992, Desailly comenzó a ganar musculatura a fin de consagrarse en el eje de la medular del Nantes. De este modo, sus números con los canarios alcanzan los 162 encuentros oficiales en los que anotó 5 goles. Con semejante carta de presentación, el incipiente talento de Desailly llegó a oídos del Olympique de Marsella, pese a que su célebre presidente, Bernard Tapie, y su entrenador Raymond Goethals le espetaron textualmente: No le llegas ni a la suela de los zapatos a Carlos Mozer, mítico defensa brasileño del Marsella.


No obstante, Desailly se constituyó en una retaguardia de lujo para Les Phocéens. Acompañado en el eje central por Basile Boli, estaba resguardado en banda por Éric di Meco y Jocelyn Angloma, laterales puramente de contención. Su primera temporada en el club marsellés se saldaría con la victoria en la recién estrenada en formato, Liga de Campeones. el 26 de mayo de 1993 en el mítico Olímpico de Múnich. El Olympique de Marsella ganaba su primera y única Copa de Europa ante el Milan de Maldini y un desactivado Van Basten, precisamente con un antológico gol de Basile Boli. Sería la última Copa de Europa hasta la fecha de un equipo francés...

En la capital lombarda, la actuación de Marcel Desailly no pasó inadvertida. La veteranía de Frank Rijkaard era algo evidente y los problemas económicos del Olympique catapultaron su venta al Milán en el verano de 1993. El rocoso defensor francés debutó en el Calcio el 21 de noviembre de 1993 ante el Nápoles. Enseguida se adaptaría a la disciplina transalpina y comprendería el riguroso entramado defensivo de la entidad. Compartiría zaga nada menos que con leyendas como Paolo Maldini, Franco Baresi, Alessandro Costacurta Mauro Tassotti, por lo que Desailly sería requerido por Fabio Capello en múltiples ocasiones como mediocentro defensivo.

En sus años como rossonero, pronto demostró su solidez en defensa, adherencia en los marcajes, entradas moderadas, colocación exquisita, presencia arrolladora, expeditición en el juego aéreo, inteligencia y una capacidad increíble para salir indemne cuando era encarado por un delantero rival. Esa misma temporada (1993/1994) el Barcelona se hizo con los servicios de Romario y ambos equipos se enfrentaron en la final de la Copa de Europa en Atenas. Johan Cruyff, por aquel entonces técnico del Dream Team, bromeó con el fichaje de Desailly. Ellos han fichado a Desailly; nosotros a Romario. El Barça caería dolorosamente derrotado ante el Milan por 4-0, un gol obra de Marcel Desailly.


De este modo, el francés se convirtió en el primer jugador de la historia capaz de ganar dos Copas de Europa con dos equipos diferentes en años correlativos, en una temporada en la que también se hizo con el Scudetto. Sus logros con el Milán no son baladíes: jugó 164 encuentros y marcó 2 goles desde 1993 a 1998, año en el que haría las maletas hacia Londres para recalar en el Chelsea. Su aportación a la zaga rossonera fue realmente opípara. De hecho, nadie le recriminó nada cuando se marchó al cuadro blue en 1998.

Tan profunda fue la huella de Desailly en el Calcio que, ya en las filas del Chelsea, en un partido en San Siro ante el Milan, los seguidores italianos le aplaudieron al unísono mientras calentaba. Me acerqué a una pancarta en la que pude leer: Para siempre permanecerás en nuestro corazón. Ese reconocimiento que me expresaban fue realmente conmovedor. Yo no era un jugador creativo ni un goleador y, aún así, me ensalzaban como si fuera Van Basten. Como persona, lo recordaré toda mi vida. Así se manifiesta textualmente Marcel Desailly, aún visiblemente emocionado.

A nivel internacional, Desailly debutó con la escuadra francesa con 25 años. Aimé Jacquet cogió las riendas de la selección francesa en 1993 con la hecatombe nacional que supuso la no clasificación para el Mundial de Estados Unidos 1994. El técnico bleu rápidamente apunta a Marcel Desailly en su lista de insustituibles en el eje de la zaga francesa en la clasificación para la Eurocopa de Inglaterra 1996. La inexpugnable retaguardia estaba custodiada por Fabien Barthez en portería con un ejército de lujo formado por el mismo Marcel Desailly, Laurent Blanc, Bixente Lizarazu y Lilian Thuram.


En base a esos cuatro defensas, el equipo se erigió en las páginas más doradas del fútbol francés, a saber, Mundial de 1998 y Eurocopa de 2000. El debut de esta defensa se produjo oficialmente ante Alemania en Suttgart en un partido de clasificación para Inglaterra 1996 y firmaron juntos su última aparición en la final de Rotterdam ante Italia en 2000, con el inefable gol de David Trezeguet. Con los cuatro perros de presa alineados, la selección francesa no perdió en 28 partidos oficiales desde 1996 a 2000 y sólo encajaron 13 goles. En general, en ese inapelable intervalo Francia jugó 57 partidos de los que perdió tan sólo 5, todos ellos de índole amistosa. Curiosamente, en todos ellos faltaba uno de los cinco infranqueables defensores.

En la final de Francia 1998 ante Brasil en París, Desailly fue expulsado por una entrada a Cafú que suponía su segunda tarjeta amarilla. Se convertiría, así, en el tercer jugador expulsado hasta entonces en una final de un certamen mundial. En 2001, su amigo Didier Deschamps renunció a la selección, de modo que Desailly pasó a ser capitán del combinado francés. Con el brazalete en su haber, el galo acumularía además dos triunfos en las ediciones de Copa Confederaciones de 2001 y 2003. Posteriormente, la selección francesa se fue deteriorando tras la marcha de muchos jugadores inamovibles como Blanc o Deschamps. Tras el fracaso en el Mundial de Corea-Japón 2002 y en la Eurocopa de Portugal 2004, Desailly decía adiós a la selección con la que jugó 116 partidos y marcó 3 dianas.

En 1998, tras el Mundial, Desailly recaló en el Chelsea. Allí coincidió con su colega Frank Leboeuf, también defensa en la selección. Un año después se incorporaría Didier Deschamps. Exhibió sus aclamadas características y fue artífice del debut soñado con el Chelsea con la victoria ante el Real Madrid en la Supercopa de Europa en 1998. Su primera alineación en la Premier League sería el 15 de agosto de 1998 ante el Coventry City. Sin embargo, la adaptación de Desailly al fútbol inglés sería costosa. En Inglaterra se practica un fútbol mucho más rápido y directo que en Italia. El defensa galo percibía cómo rematar de cabeza se hacía una aventura, producto de un fútbol menos pausado al que Desailly había experimentado en Italia. Además, la contumacia existente en la Premier League, libertad y permisividad para emplear un juego no exento de dureza era francamente complicado para marcar los tiempos y no cometer falta en zonas comprometidas.


Pero se dice que las adversidades son opciones de actualización. Desailly encontró en ese hándicap inglés una oportunidad de motivación y desarrollo personal, pasando a convertirse en un jugador mucho más versátil y competitivo. Básicamente, cuando te enfrentas a jugadores insultantemente buenos, uno debe mejorar su nivel para estar a la altura del baremo establecido. El francés permaneció en el Chelsea hasta 2004. En sus seis años como blue acumuló 222 partidos, en los que lució el brazalete de capitán en 94 de ellos y sólo ganó la FA Cup en 2000. En 2004, el Chelsea fue apeado en semifinales de la Champions a manos del Mónaco, entrenado precisamente por su amigo Didier Deschamps.

En Marcel Desailly se solapan la potencia y la tranquilidad. Su empleo sistemático en los marcajes no le llegó a etiquetar en absoluto la condición de jugador violento. Se erigió como el sucesor de la llamada Garde Noir o, dicho de otro modo, la Guardia Negra del fútbol francés que encuentra como predecesores a los míticos Marius Trésor y Jean Pierre Adams, siguió con los propios Marcel Desailly y Basile Boli y evolucionaría con William Gallas y Lilian Thuram, más recientemente. Tan férreo resultaban ser sus marcajes que se ganó el apodo de La Roca.

Fue en mayor medida uno de los responsanles de la concepción futbolísitica imperante en Europa durante los 90, en la que el fútbol de rigor físico se sobrepuso a otro modelos como, por ejemplo, el actual. En mayo de 2006, Desailly dio por finalizada su carrera en Qatar, donde había llegado un año antes. El desgaste físico fue la causa primordial de que el francés se retirara con 38 años y pasaba a ser comentarista de la BBC. Se retiraba Desailly, el defensor más laureado del fútbol francés, con un Mundial, una Eurocopa y dos Copas Confederaciones. Como diría su compatriota y amigo Didier Deschamps, En el fútbol hay que defender y defender; luego, el resto. Eso hacía Desailly...


Fuente: Desailly, la fuerza tranquila. Página Oficial de la FIFA.