23 de febrero de 2012

Obreros del fútbol

 

Cuando vemos un partido, ya sea in situ o en televisión, existen un sinfín de detalles que no percibimos de forma consciente. Sobre todo en encuentros televisados, la cámara selecciona los planos relevantes y, por ello, descarta otros que carecen de importancia para los espectadores. No obstante, hay una infinidad de acciones de las que no nos percatamos y, en este reportaje, son sus protagonistas las que acaparan esa atención que nunca les han depositado.

En concreto, me refiero a esos jugadores que, no exentos de calidad, tienen un papel más combativo y desempeñan unas labores que no sabemos apreciar como deberíamos. Jugadores cuyo peso en el equipo es fundamental pero, al no ser muy vistosos en su juego, nos olvidamos de ellos y condenamos al ostracismo. Sin estos jugadores, afrontémoslo, el juego del equipo se vería seriamente mermado y desdibujado. Por su incuestionable importancia, se les conoce como obreros del fútbol y en ellos residen gran parte del secreto de la victoria de muchos clubes.

Estos futbolistas no responden a un ámbito específico del juego aunque, por lo general, este perfil de jugador está fuertemente vinculado con las posiciones de defensa y centrocampista. Son, por tanto, menos frecuentes los delanteros pero esto no es así. Un ejemplo de ello es Raúl González. Es un jugador muy equilibrado, con unas características muy igualadas, no destaca en el juego aéreo, ni en el lanzamiento de libres directos, ni en la velocidad, ni en el apartado técnico pero nadie duda de su irreductible aportación goleadora con el Real Madrid.


Dicho esto, a los obreros del fútbol los podemos encontrar frecuentando demarcaciones de defensa central o de mediocentro defensivo. Su juego se basa en recuperar balones, presionar la salida de balón del rival, marcar individualmente y pasar el balón con facilidad, sin bambalinas, ni gestos preciosistas o edulcorados regates. En general, trabajan para el equipo con rigor y no tienen el balón en su dominio por mucho tiempo antes de pasárselo a los jugadores más creativos del equipo. El paradigma de esta concepción de juego lo representa Xavi Hernández. El de Tarrasa disputa balones, es tiempista en el juego y, además de tener ese último pase entre líneas que puede suponer un gol, pasa el balón a los jugadores mejor colocados con una aguda visión de juego, haciendo progresar la jugada. Sus acciones individuales se asientan en un trabajo para el equipo.

En fútbol se dice tradicionalmente que una buena delantera gana partidos pero una buena defensa gana campeonatos. El orden táctico comienza con una sólida compenetración en la zaga porque desde esa zona se contempla el campo desde una perspectiva panorámica sobre la cual se erigirá el juego. De la buena colocación de los defensas y de su minuciosa concentración, se podrá empezar a elaborar jugadas ante la presión rival y ahí aparece el papel de los obreros del fútbol.

En la actualidad jugadores como Paul Scholes, Gennaro Gattuso o Jéremy Toulalan responden a este arquetipo de jugador cuyo juego es reacio a las complicaciones y a las acciones ampulosas. En la faceta defensiva, algunos como Carles Puyol o Sergio Busquets recuperan balones, inician la jugada y atrapan todos los esféricos que circulan por allí, con un estilo de juego muy discreto que a veces pasa inadvertido y no recibe elogios. El fútbol es un deporte de equipo, aunque haya gente que parezca haberlo olvidado. Por eso mismo, no concibo a ningún jugador como irreemplazable o excesivamente fundamental porque, sin la presencia de los citados obreros, su labor sería difícilmente ejecutable. Lo maravilloso de los obreros del fútbol es que hacen buenos a quienes juegan a su alrededor, y eso es algo muy importante en un futbolista.


En estos lares también existe una figura damnificada que, por mucho que lo intenten, nunca ocupa las portadas de los periódicos. A los perros de presa, otra versión de obrero del fútbol, se les encomienda el trabajo sucio que nadie ostenta desempeñar. Pugnará balones, cometerá faltas tácticas, combatirá los balones aéreos, sacará el balón jugado para que otros sean condecorados posteriormente y reciban avalancha de galardones. Su labor muchas veces cae en saco roto, pero no se podría concebir el fútbol sin su existencia.

A los sabuesos más irreverentes se les asocia con un mayor temperamento y reciben un gran número de tarjetas, protagonizan tánganas, discuten con el árbitro y cometen duras entradas. Un buen ejemplo es Gattuso. El italiano, meloso donde los haya en su marcaje, es un engranaje básico en el Milán, aunque en ocasiones poco comedido en sus actuaciones. Paradójicamente, no se debe confundir al perro de presa con el jugador indomesticado cuyo juego se basa en un empleo sistemático de entradas indiscriminadas. Se puede imponer respeto y ejercer como portavoz del equipo, sin perder los papeles y motivando a los compañeros.

En la actualidad, los principales obreros del fútbol son Xavi Hernández, Michael Essien, Sergio Busquets, Steven Gerrard, Frank Lampard o Michael Carrick. Ejemplos clasícos los encontramos en Paul Scholes que, aún en activo, ha engrasado el juego del Manchester United. El mítico jugador inglés se sirve de un importante desgaste en el campo que, junto con Ryan Giggs, ha sentado las bases de trabajo del equipo por las que el United se ha asentado como uno de los mejores equipos del mundo en el que han trunfado jugadores como Dwight YorkeWayne Rooney y Cristiano Ronaldo. En conclusión, el fútbol es un deporte más bello teniendo en cuenta el trabajo tan poco valorado de los desinteresados obreros del fútbol...


Fuente: Matías Rodríguez. El perro sabueso (10/12/2010). Blog Fobal 2000.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo y sobre todo muy bien escrito. En algunas cosas no estoy del todo de acuerdo, y es que los 2 primeros ejemplos que pones no son lo que yo entiendo como "obrero del fútbol", puede que Raúl tanga un perfil diferente como delantero y pueda entrar en esa categoría, pero lo de Xavi si que es un mundo a parte, he tenido la suerte de verlo en un par de ocasiones y es algo espectacular, ve espacios donde nadie los ve; para mi un obrero del fútbol es más bien Busquets, Toulalan... que sí comentas a continuación, para mí, el ejemplo más claro de que el fútbol necesita este tipo de jugadores es Claude Makelelé, un jugador que en el Real MAdrid no era suficientemente valorado, y tran pronto le abrieron la puerta y cambió de equipo, el Madrid comenzó a sufrir de lo lindo, aunque sin ningún tipo de duda, mi jugador favorito de este tipo (me pierden los colores) es Don Mauro Silva, para mí uno de los mejores de la historia en su puesto. Un saludo Jose Angel y sigue así, tu blog está muy bien.

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  2. Gracias Juan.

    Lo de Makélelé que dices es totalmente cierto, aunque en los últimos años en el Chelsea le costaba entrar en velocidad en las jugadas o comenzar las contras. Era ya un jugador más limitado pero en el Real Madrid era un todoterreno. Me encantaría ver a Xavi en directo. Don Mauro sí que era un crack. Mucha suerte a tu Dépor que volverá a la élite del fútbol en muy poco tiempo. Un saludo, compañero.

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