6 de marzo de 2012

Vergonya mayúscula


Es absurdo considerar la idea de que los árbitros siempre favorecen a un equipo en detrimento de otro. Como sentenciara el mítico trencilla Pierluigi Collina, El fútbol es un deporte imperfecto en el que, paradójicamente, se exige que los árbitros sean perfectos. La experiencia y la percepción nos ha demostrado que muchas decisiones se toman en milésimas de segundo, lo que no implica una perfección anatómica.

No obstante, hay ocasiones que se sobrepasan los límites. El pasado 3 de marzo de 2012, en el partido de Liga que enfrentaba al Fútbol Club Barcelona y al Sporting de Gijón, el central azulgrana Gerard Piqué fue expulsado de forma controvertida tras protestar un penalti no pitado cometido sobre Keita. La polémica estaba servida. De segundo plato, la condimentaría la desmedida denuncia que el Comité Técnico de Árbitros ha interpuesto al jugador culé y que será recurrida por el club. Ver para creer.

Gerard Piqué es indudablemente una de las figuras más odiadas del barcelonismo por parte de la Central Lechera. Será que aún escuece el sexto gol de aquella legendaria goleada, el 2-6, que el Barça del endosó al Madrid hace tres temporadas. Una prueba fehaciente de esta manifiesta animadversión fue la crucifixión mediática que padeció Piqué cuando otrora forzó la tarjeta frente al Rayo Vallecano. Si es que cuando la propuesta futbolística no convence hay que atacar por el ámbito extradeportivo por tamaña ofensa.

No seré yo quien diga que los árbitros hacen mal su labor, a sabiendas de que es una profesión muy estigmatizada y, en general, poco valorada. Lo que no es lícito es el linchamiento por parte de esta institución arbitral para desdibujar la imagen pública de Gerard Piqué. El tácito Sánchez Arminio, presidente arbitral, acusa de poner en duda la honestidad de los árbitros. Lo sonrojante de este caso es la poca memoria que, para variar, tienen desde tierras capitalinas. Bueno, memoria sí, pero selectiva.

Ya nadie se acuerda de la impertinente rajada de Mourinho en semis de la Champions la pasada temporada, la del mítico ¿Pur qué? Ni la de Casillas, a decir verdad, de los pocos vestigios de caballerosidad que queda en el Real Madrid, aunque en esa ocasión no estuvo acertado como tampoco en la reciente eliminatoria de Copa en la que el señor Mourinho esperó al conjunto arbitral en el parking del Camp Nou. ¿No es eso poner en entredicho el honor de los árbitros? 

Estaría completamente fuera de tono que dijera que se emplea un criterio arbitral para el Real Madrid y otro más dudoso para el Barcelona. No es mi estilo. Lo que sí diré es que, si algo nos ha enseñado el fútbol, es que los árbitros intentan desempeñar su labor de la forma más eficiente posible y que, como personas que son, sus fallos pueden ir a favor de uno algunas veces y otras no. Eso es lo que nadie argumenta en el Real Madrid

A aquel madridista iluminado que dice que los árbitros siempre favorecen al Barça, le recomiendo encarecidamente que se tome su medicación prescrita. De hecho, en la Central Lechera nadie repara en el excesivo número de penaltis pitados al conjunto blanco esta temporada. ¿Os imaginais lo que hubiera pasado si el denunciado por parte del Comité llega a ser un jugador del Real Madrid? No quiero ni pensarlo. En fin, lo que yo diga, memoria selectiva...

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