4 de marzo de 2014

Gràcies, Puyol


Era prácticamente un secreto a voces. El estado de forma físico no acompañaba a Puyol que ha disfrutado de muy pocos minutos en la presente temporada. A primera hora de esta mañana, el eterno capitán azulgrana convocaba a los medios de comunicación a la sala de prensa del Camp Nou para ofrecer un improvisado y escueto comunicado. En efecto, Carles Puyol ha anunciado oficialmente su adiós como jugador del Fútbol Club Barcelona a la conclusión de la presente temporada.

Suena muy lejano en el tiempo su debut oficial. Corría un 2 de octubre de 1999 cuando un imberbe Carles Puyol debutaba en el estadio José Zorrilla ante el Real Valladolid. Desde entonces, su carrera ha sido una constante avalancha de éxitos, pese a aterrizar en la primera plantilla azulgrana en el ocaso de la tenebrosa etapa Gaspart. Como anécdota, habría que recordar el adherente marcaje que le impuso a Luis Figo en el Camp Nou en la temporada 2000/2001.

De Puyol se podrían escribir cientos de adjetivos que reflejan su actitud y personalidad en el terreno de juego. Líder indiscutible, Tiburón siempre ha impreso pundonor, entrega, tesón, orgullo, humildad y valentía en cada balón que ha disputado. De hecho, una leyenda del Milan como Franco Baresi llegó a decir de él: Puyol pone la cara donde yo no pondría ni el pie. Prueba de ello han sido las innumerables lesiones que el de La Pobla ha sufrido, prácticamente en cada parte del cuerpo y lo que le ha llevado a colgar las botas con 36 años.

Puyol es la encarnación de un líder en el terreno de juego. Hablar de él es hablar de barcelonismo en estado puro. Dirigir y comandar la nave desde el eje de la zaga no sería lo mismo sin su influencia. Líder en el campo, Puyol ha hecho mejores a los jugadores que han jugado a su lado. De hecho, Gerard Piqué alcanzó su mejor nivel como jugador del Barcelona formando tándem defensivo con el ya legendario jugador azulgrana. Un líder no es quien manda, sino el que los demás quieren que mande, oriente y asuma la responsabilidad.

Capitán desde la temporada 2003/2004, fue pieza clave en la reconstrucción del Barça con la llegada de Frank Rijkaard y con la sublimación del fútbol tras la llegada de Guardiola. Su papel como capitán del Triplete fue aderezado con el memorable gol de cabeza, tras jugada ensayada, en la escandalosa goleada en el Santiago Bernabéu. En el Pep Team, será especialmente recordado por Éric Abidal en la final de Wembley en 2011. En ella, Carles Puyol fue protagonista de uno de los momentos más grandes que se han vivido en un terreno de juego al entregarle el brazalete de capitán al lateral francés para que levantara la Copa de Europa tras un año realmente complicado del francés. Por si todo eso fuera poco, Puyol también costeó el tratamiento de la enfermedad que sufría Miki Roqué, aunque lamentablemente el jugador del Real Betis no corriera la misma suerte.

Uno de los mejores marcadores individuales de la última década abandona el Fútbol Club Barcelona tras engrosar un extensísimo palmarés compuesto por 6 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 Copas de Europa, 6 Supercopas de España, 2 Supercopas de Europa, 2 Mundialitos de Clubes con el equipo catalán más un Mundial y una Eurocopa con la selección española y con opción de ganar los tres títulos con el Baça en la presente temporada. Se retira Puyol. Hoy el fútbol ha muerto un poco.

Gràcies, capità!

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